En adolescentes, tener la oportunidad de lograr éxitos en su formación implica la presencia integrada de actores destacados como los docentes y las familias. Mientras más efectiva se haga la conexión, en esa misma medida podrá contarse con estudiantes motivados para el estudio. En el abordaje de este tema, Domínguez Martínez (2010), afirma que “La educación es un proceso muy largo que comienza siendo impartida por la familia y luego la escuela y se necesita de ambas partes para conseguir un pleno desarrollo educativo y personal del niño/a.